Me adueñé de mi dinero,
aunque no fue tarea fácil.
Crecí sin educación financiera y el dinero
cortoplacista me aprisionó.
Pero lo dominé y conquisté mi vida.
Admiro a los clientes que llegan a mí con nociones de educación financiera. Yo no tenía idea de lo que era y sufrí las consecuencias.
Esta es la razón por la que me enfoco en la educación financiera y publico con insistencia sobre este tema. Algunos dirán que soy una pesada, pero es que pasé de una vida serena a preocuparme por el dinero.
Era diseñadora de interiores. Vivía con la tranquilidad de cubrir mis gastos y la facilidad que trae pensar en el corto plazo.
- Hay dinero. Se gasta.
- Hay dinero. Se compra.
- Hay dinero, a disfrutar
Pero la crisis de 2008 y su golpe certero de 2013 tenían otros planes para mí.
¿Dinero? Poco.
¿Deudas? En ascenso.
¿Futuro? Como una pesadilla.
Y en época de crisis te transformas: actúas o desapareces.
Actué. Primero, asumí mi responsabilidad.
Aunque no tenía dinero para derrochar ni vivía con lujos, me había enfocado en el gasto.
No había ahorrado dinero, no había construido un fondo de emergencia ni tenía ningún producto financiero para compensar.
No tenía control sobre mis finanzas.
Me sentí maniatada, desprotegida y con el peso en la espalda de quien mete la pata.
Luego, convertí mi debilidad en fortaleza.
Asistí a un taller de educación financiera gracias al consejo de una amiga y aprendí a ser metódica con mis finanzas personales y familiares.
Me sumergí tanto que decidí cambiar de profesión: soy Coral Prous, consultora y formadora en educación y planificación financiera. Directora nacional de ventas y colaboradora externa de Ahorro y Protección, del Grupo Galilea.
Lo duro no fue tener finanzas malas.
Lo duro fue reconocer que me había equivocado, y a lo grande.
Como consultora de finanzas personales:
- Oriento a quienes van descarrilados porque desconocen cómo gestionar su dinero; y
- Fortalezco aún más a quienes sujetan por las riendas sus finanzas.
Soy una luchadora incansable porque creo que todos, tú incluido, tienen derecho a disfrutar del dinero y garantizar el futuro que imaginaron para ellos y sus familias.
¿Qué hago?
Te educo para que con finanzas personales saludables cumplas tus sueños y te obsequio una hoja de ruta para actuar.
Mi trabajo es gratuito. Pero no hay gato encerrado.
Si para alcanzar tus metas necesitas productos financieros y los contratas conmigo, las aseguradoras me pagan.
Así, tú tienes una guía y un acompañamiento mientras los productos están activos.
● Reviso tu planificación financiera una vez al año, como mínimo, para ver la evolución de tus productos y hacer cualquier cambio en tu plan.
● Me aseguro de que los productos financieros que contrates sigan dándote los beneficios que necesitas y se adapten a tus circunstancias personales y familiares.
● Te resuelvo todos los cambios que te vayan surgiendo con tu planificación financiera.
● Estoy a tu servicio en cualquier momento para resolver tus dudas.
Mejor dicho, te doy un servicio personalizado con el que tienes respuestas siempre.
Y tú no me pagas; las aseguradoras lo hacen por ti.
La verdad sobre las finanzas personales tras 10 años siendo consultora es que las finanzas personales tienen más de psicología que de finanzas.
Solo cuando estableces objetivos, planificas y asumes el dinero tan en serio como tus relaciones interpersonales y tu propia felicidad, aprendes a gestionarlo, apuestas por ti y tu familia, e inviertes.
No encierres tus sueños
e ilusiones en la hucha del cerdito.
Dales alas.
Constrúyelos con planificación financiera a tu medida. Respáldalos con productos financieros que sí renten.
Trabajo para encontrar tu éxito. Lo hago con cinco acciones que me guían de día y de noche, en lo personal y en lo laboral:
Pienso y actúo de la misma forma.
No juzgo las finanzas de nadie.
Actúo con justicia, razón y verdad.
Creo relaciones, no transacciones.
Me intereso por tu bienestar financiero.
Y creo en:
Creo en la educación financiera como una vía que evita crisis económicas y familiares.
Creo en tu futuro, en que tienes derecho a construirlo con las comodidades que quieres.
Creo en tu derecho a la información de primera mano, explicada al detalle y sin letra pequeña.
Si tuviera que definirme diría que soy la única persona que no está cómoda en su zona de confort.
Cambio.
Transformo.
Mejoro.